Por: DANIEL VALERO Y JUAN FRANCISCO
VALBUENA ELTIEMPO.COM
Se da como hecho que la enmienda será
hundida. Se despejaron dudas por quórum para votación.
Con críticas al Gobierno por haberlo invitado a
votar la polémica reforma de la justicia y ahora cobrarle públicamente ese
hecho, el Congreso
comenzó a hundir este miércoles la iniciativa, objetada por el
presidente Juan Manuel Santos por los 'micos' que le colgaron en la conciliación.
Se espera que hoy quede sepultada, como
lo sugiere el acuerdo logrado anoche por los conciliadores de Senado y Cámara.
Este miércoles, en el primer día de las sesiones
extras convocadas para discutir las objeciones, se
disiparon las preocupaciones por un precario quórum. En la
Cámara, donde las sesiones comenzaron con dos horas de retraso, se hicieron
presentes 120 legisladores, de 166. Y en el Senado, de los 102 miembros, se
registraron a tiempo 75. Este hecho sería un buen presagio de la asistencia hoy
jueves, cuando deberán votarse las objeciones.
El principal blanco de las críticas de los
parlamentarios fue el saliente ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra. En ambas cámaras rodaron un video
en el que Esguerra, el pasado 20, agradeció al Congreso "por el trabajo
hecho".
La sesión en el Senado estuvo marcada por los
conciliadores que generaron el escándalo. El primero en tomar la palabra fue Juan
Carlos Restrepo, de Cambio Radical, quien aseguró que Esguerra estuvo al tanto
de las discusiones, incluso la que se dio de manera informal en la casa de
otro congresista. "No fuimos a torpedear la reforma ni fuimos a incluirle
artículos que no hubieran sido motivo de discusión, no
fuimos a colgarle 'micos' ni a buscar favorecimientos", dijo.
El senador Jesús Ignacio García (liberal),
también de los conciliadores cuestionados, aseguró que "los temas se
discutieron en presencia del Ministro", al referirse a la reunión que
tuvieron por más de 12 horas, a puerta cerrada, en el Club de Ejecutivos, en el
centro de Bogotá.
Esguerra escuchó atento las críticas de los
congresistas, sentado junto a su colega del Interior, Federico Renjifo (ver
Esguerra le dio la cara al Congreso).
Ya entrada la noche, tomó la palabra el conservador Eduardo
Enríquez Maya, anfitrión de la reunión donde se hizo el acta de
conciliación que dio origen al escándalo. Afirmó que el Gobierno sí
conoció previamente el texto de la conciliación y rechazó los señalamientos que
les hizo el presidente Santos, de extralimitarse en sus funciones.
"Me duele el tratamiento que el primer
magistrado de la Nación le ha dado a la comisión de conciliadores (...), por lo
que no puedo, señores del Gobierno, aceptar que nos imputen haber cambiado
algunos de los textos aprobados en el Congreso para hacerles daño a los
colombianos", dijo.
Además de los conciliadores hablaron los
jefes de los partidos de la Unidad Nacional, que ratificaron que hundirán la
reforma este jueves. No obstante, líderes de los dos principales
partidos de la coalición, Efraín Cepeda (conservador) y Roy Barreras (de 'La
U'), cuestionaron al Gobierno. Advirtieron que esta situación tendrá
repercusiones en las relaciones del Ejecutivo con el Congreso.
Cepeda dijo: "También son equivocaciones del
Gobierno que nos haya invitado a votar". Y Barreras afirmó: "El
Congreso quedó atropellado y tirado en el suelo (...) El Gobierno tendrá
bastante trabajo para restablecer la confianza, porque no se puede gobernar
con titulares de prensa, sino con realidades jurídicas ".
Esguerra le dio la cara al Congreso
La presencia en el Congreso del saliente ministro
de Justicia, Juan Carlos
Esguerra, fue uno de los hechos que más llamaron la atención.
Esguerra ha sido duramente cuestionado por los 'micos' que le colgaron al
proyecto en la conciliación, y presentó renuncia irrevocable al cargo el pasado
fin de semana.
Este miércoles llegó al recinto de la Cámara hacia
las 2:30 de la tarde, y apenas entraba se encontró con algunos representantes
que le manifestaron su apoyo. "Usted tiene cara de ser una persona buena
gente, y de no romper ni un plato", le dijo el representante conservador
Henry Arcila.
Esguerra abordó al presidente de la Cámara, Simón
Gaviria, quien prácticamente puso en los hombros del saliente ministro la
responsabilidad por el fracaso de la reforma.
El Ministro le preguntó a Gaviria si había leído la
entrevista que le concedió a Yamid Amat para EL TIEMPO el
domingo. Y le reiteró lo que dijo en esa entrevista: Que
había cometido errores y los aceptaba, pero que no había hecho nada
deshonesto frente a la reforma judicial. La conversación terminó con
un apretón de manos.
Ya finalizando la noche, en el Senado, Esguerra
reiteró que los conciliadores no le dejaron ver el texto final, pero admitió
que eso no lo disculpaba de no haber visto los 'micos'.
"Me queda la impresión de que los
conciliadores tampoco los vieron, y no se trata de disculpar mi
responsabilidad, la he asumido y lo hice y, hasta donde vamos, la única persona
que la ha asumido soy yo. Todo
el mundo ha buscado cómo endilgar esas responsabilidades. Yo
asumí sin tapujos y dije: qué horror lo que a mí se me ha pasado", anotó.
Los opositores de las extras para enterrar el
proyecto
Congresistas del Polo Democrático
Los ocho senadores y los cinco representantes de
este partido anunciaron que no participarán ni en el debate ni en la votación
de las objeciones del Gobierno frente a la reforma. Dicen que apoyan el
hundimiento, pero no el procedimiento.
Representante de Nariño por el Partido Liberal
A juicio del representante nariñense por el Partido
Liberal, Javier Tato Álvarez, el camino elegido por el Gobierno no es correcto
jurídicamente. Al cierre de esta edición estaba confirmado que 28
representantes se habían excusado de asistir a la votación.
Dos congresistas del Partido de 'la U'
El senador Juan
Carlos Vélez y el representante Miguel Gómez, de 'la U', también manifestaron
su oposición al camino escogido para hundir la reforma. Vélez fue uno de los 13
senadores que se excusaron de asistir a las sesiones extraordinarias.
Protesta en puertas del Capitolio
Unas 300 personas asistieron al plantón contra la
reforma, en la Plaza de Bolívar. Todo el que entró al Capitolio con pinta de
congresista se llevó su silbatina, lo que obligó a la bancada de 'la U' a
ingresar al lugar por otra puerta. La jornada fue aprovechada para seguir
recogiendo firmas para impulsar un referendo contra el proyecto. Entre los
organizadores estaban Armando Novoa, de Plural, y el representante Iván Cepeda.
DANIEL
VALERO Y JUAN FRANCISCO VALBUENA
REDACCIÓN POLÍTICA
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