Por: YAMID AMAT | 9:29 p.m. | 23 de Junio
del 2012
Esguerra cree que
la reforma de la justicia, como está, no tiene posibilidad de vigencia.
El
ministro saliente de Justicia dice que no tuvo acceso al texto de la reforma
judicial.
El
retirado ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, afirma que no fue culpable,
pero sí responsable de lo que ocurrió en el Congreso con el trámite de la
reforma judicial. (Siga este
enlace para leer: En 15 horas se gestó el golpe a la Constitución).
Admite que fue engañado. Detalla lo que pasó en la discusión de la frustrada reforma de la justicia y analiza lo que puede venir. (Siga este enlace para leer: Estos son los cinco 'pecados' de la reforma judicial).
Revela que el Gobierno estudia la convocatoria a sesiones extras del Congreso, para que inicie inmediatamente el estudio del 'Memorial de objeciones' que le será enviado y luego aborde la corrección de la reforma en las sesiones ordinarias. (Siga este enlace para leer: Analistas coinciden en que 'micos' terminarían por hundir reforma).
¿Qué motivó su renuncia?
Que
mis principios no me permiten pasar por alto los episodios y las circunstancias
ampliamente conocidos que tuvieron lugar en la etapa final del trámite de la
reforma de la justicia. Esos episodios, por supuesto, fueron totalmente ajenos
a la voluntad o a la acción de los funcionarios del Ministerio de Justicia y
del Ministro.Admite que fue engañado. Detalla lo que pasó en la discusión de la frustrada reforma de la justicia y analiza lo que puede venir. (Siga este enlace para leer: Estos son los cinco 'pecados' de la reforma judicial).
Revela que el Gobierno estudia la convocatoria a sesiones extras del Congreso, para que inicie inmediatamente el estudio del 'Memorial de objeciones' que le será enviado y luego aborde la corrección de la reforma en las sesiones ordinarias. (Siga este enlace para leer: Analistas coinciden en que 'micos' terminarían por hundir reforma).
¿Qué motivó su renuncia?
¿Su
renuncia arregla el problema?
Tengo
claro que a pesar de los esfuerzos, la dedicación, la vigilancia y el detalle
con los que trabajamos en ese proyecto, de principio a fin, y de día y de
noche, a la hora de las responsabilidades políticas debía asumir la que me
correspondía como ministro. Y la asumí.
¿Y
qué va a pasar finalmente con la reforma?
La
decisión del Gobierno, ante las implicaciones delicadísimas que tiene lo que ha
aparecido dentro de la reforma, y que fue incorporado en el texto sin mi
conocimiento, ha sido la de objetarla. Regresará al Congreso para que tome nota
de esas objeciones, las analice, las estudie y proceda.
¿Proceda
en qué sentido?
Aceptándolas
o no. Si no resultan aceptables las relacionadas con vicios de
inconstitucionalidad, la reforma irá a la Corte Constitucional. Si son
aceptadas, como el Gobierno espera que lo sean, y se traducen en unas enmiendas
al texto que finalmente se aprobó, se incorporarán en él y se hará su
promulgación.
Las
reformas constitucionales no las sanciona el Presidente. ¿Con base en qué norma
objetó la reforma?
Con
base en la Ley 5 de 1992, que forma parte del estatuto del reglamento del
Congreso, y con base en una sentencia de la Corte Constitucional que la avaló.
Esa disposición establece que cuando en el trámite de actos legislativos en el
Congreso surjan puntos que no están regulados por una norma constitucional,
ellos pueden regularse y manejarse acudiendo a las disposiciones que la ley
establece en casos semejantes para el trámite de las leyes. Dicho de otra
manera, que pueden aplicarse al trámite de las reformas constitucionales reglas
propias del trámite de leyes, siempre que no sean contrarias a una norma
constitucional. Respecto de las objeciones, no hay en la Constitución ninguna
disposición que se refiera a ellas y por eso se da la situación prevista para
aplicar esa norma.
¿Hasta
dónde se siente culpable de lo que pasó en el Congreso?
¿Culpable?
Absolutamente, no. No fui culpable de que la comisión de conciliación se
hubiera metido a conciliar textos donde no había diferencia ninguna entre lo
que aprobó el Senado y lo que aprobó la Cámara. En relación con varios
inaceptables, en el instante bastante tardío en el que tuve acceso a la
conciliación, expresé la posición discordante del Gobierno. Hay otros que se
encontraron a última hora y de cuya incorporación no tuve culpabilidad ninguna.
¿Qué
quiere decir con artículos "que apenas se encuentran ahora"?
El
jueves pasado, cuando hicimos el examen con lupa de todo el texto de la reforma
constitucional, encontramos que fuera de los inconvenientes que se habían
detectado, había nuevos no conocidos.
¿Aprobados
sin su conocimiento?
Así
es. El hecho de que no sea culpable no quiere decir que no haya una
responsabilidad de parte mía, que debí ver todo lo que no pude ver. Lo tengo
claro. No soy culpable, pero sí tengo la responsabilidad política y con mi
renuncia la asumo.
¿Dice
que no fue culpable pero sí responsable de lo que pasó?
Responsable,
no de haber o no haber hecho, sino de no haber visto algunas de las cosas que
se habían hecho.
¿Si
usted no fue culpable, fue entonces víctima?
Sí,
fui víctima. Pero, por supuesto, yo no debo en este instante acudir al
señalamiento de victimarios. Asumí la responsabilidad y la asumí plenamente.
Dice
de todas maneras que fue víctima. ¿De qué?
De
que se hayan incorporado textos conciliados sin mi conocimiento y que han dado
lugar a la determinación que el Presidente de la República tomó.
Su
colega del Interior, Federico Renjifo, dijo que prefería que se cayera toda la
reforma a que pasara una como la que pasó. ¿Usted tiene alguna opinión?
Luego
de encontradas las últimas cosas que hemos encontrado, sí señor. En relación
con las que se han encontrado antes, no señor.
¿Cómo
así?
Con
respecto a lo que encontramos en el examen de revisión, sí. Prefiero que se
caiga. Frente a lo que se había aprobado sin la inundación de 'micos', no,
porque me parece que no tenían la envergadura suficiente como para dar al
traste con una reforma que siempre he considerado que, a pesar de no ser la
ideal, es una buena reforma. Tiene cosas buenas, urgentes, importantes y
convenientes para nuestra administración de justicia. Pero coincido plenamente
con la apreciación del ministro Renjifo.
¿Cree
que algunos parlamentarios maniobraron?
Estuve
en desacuerdo y me sorprendió profundamente la decisión hirsuta de la comisión
de conciliación de Senado y Cámara el día en que llegué a las reuniones y
plantearon que entre las reglas de procedimiento que querían seguir para el
desarrollo de la conciliación, estaba la de que me oyeran si quería hablar
antes, y luego ellos pudieran quedarse trabajando entre ellos, senadores y
representantes, en la labor de conciliación. Cuando les expresé mi sorpresa y
mi desacuerdo, y que me gustaría participar en el entendido de que yo no voto,
pero sí puedo opinar, la respuesta que obtuve fue la de que quienes tenían el
mandato popular para reformar la Constitución o para hacer las leyes eran los
miembros del Congreso, y que, por consiguiente, trabajarían solos. Que cuando
hubieran terminado, se pondrían en contacto conmigo para que cambiáramos ideas
sobre lo que hubiera salido de la conciliación. Pero yo no tuve acceso a ningún
texto.
¿Se
siente víctima de engaño?
Digámoslo
en términos políticos: fui víctima de 'micos'.
Si
fueron 'micos' que no conoció, lo engañaron, ¿no?
Sí.
Yo diría que sí.
Para
evitar lo que se pretendió hacer, ¿se va a evitar la publicación de la reforma?
Así
bruscamente planteado, no. Pero al haber sido objetada, automáticamente queda
congelada la publicación y vigencia de esa disposición.
¿Las
normas introducidas en la conciliación tenían una intención perversa?
No
lo sé. Pero del hecho de que iban a producir efectos perversos, no me cabe la
menor duda.
¿Qué
normas el Gobierno no permitirá que se mantengan?
Las
que dieron lugar a las objeciones que planteó el Presidente y que descubrimos
entre la noche del miércoles y el jueves.
¿La
reforma, como fue aprobada, habría podido crear un caos total en la justicia?
Sí.
No solamente por incluir normas malas en sí mismas, sino, sobre todo, por los
alcances que ellas tenían.
Los
presidentes de la Corte Suprema y del Consejo de Estado han celebrado la
objeción a la reforma porque la consideran una "monstruosidad..."
Es
una monstruosidad lo que se aprobó en relación con estos puntos que han sido
materia de las glosas que dieron lugar a la objeción. En eso estoy totalmente
de acuerdo. Pero eso de ninguna manera es aplicable a toda la reforma, la cual,
sigo insistiendo, tenía muchas cosas buenas, importantes, revolucionarias para
la justicia, cambios que venían demandándose de tiempo atrás y que nunca habían
salido avantes.
¿Qué
sigue?
Las
objeciones que anticipó el Presidente quedarán vertidas en un texto juicioso,
jurídico. Se enviará al Congreso este memorial de objeciones.
¿Memorial
que será presentado el 20 de julio, al comenzar el nuevo período?
El
Gobierno lo está terminando de preparar.
¿Para
presentarlo entonces en sesiones extras?
Este
punto está por dilucidarse. No lo sé.
Entiendo
que no se pueden aprobar reformas constitucionales en extras...
Eso
es cierto, pero no se refiere al trámite de las objeciones de esa norma.¿Se está estudiando la convocatoria a extras para que estudie el memorial?
Es una de las posibilidades. Pero no alcancé a conocer la decisión.
¿En
caso de que el Congreso no acepte las objeciones e insista en la aprobación de
la reforma tal como está, qué pasa?
El
Gobierno no la aceptará.
¿Como
jurista cree que la reforma, tal como fue aprobada, es inconstitucional?
Por
razón de aquellas circunstancias que dieron lugar a las objeciones que se han
planteado, sí señor.
Es
decir, ¿no hay ninguna posibilidad de que la reforma que se aprobó entre en
vigencia? ¿O la cambia el Congreso o la tumba la Corte Constitucional?
No
hay posibilidad de que entre en vigencia.
¿Siente
decepción o amargura?
Las
normas inconstitucionales, incorporadas en mala hora sin mi conocimiento, en la
etapa de conciliación, y otras más que son simplemente inconvenientes, me
obligaron a tomar una decisión de cara al país. Asumí las consecuencias.
¿La
Fiscalía recuperó todas sus funciones de juzgamiento?
Claro,
sigue teniendo plena competencia para hacer lo que ha venido haciendo por
conducto de los fiscales delegados.
En
consecuencia, ¿todos los procesos de los detenidos que aún no tienen sentencia
siguen vigentes?
Sí,
aunque gobernados por el régimen actual, es decir, no cambia nada. Los que
están en la cárcel seguirán ahí. Los procesos seguirán su curso.
¿Qué
experiencia le dejan estas horas?
Hay
una vieja expresión popular que lo recoge todo: gajes del oficio. Y hay oficios
que tienen, como estos, enormes satisfacciones, enormes retribuciones, en
términos de la tranquilidad de prestar un servicio, de colaborar con una causa
en la que se cree profundamente.
Usted
y yo somos aficionados al fútbol, ¿le hicieron un autogol sus compañeros de
equipo en el Congreso, o usted se hizo un autogol como arquero?
Creo
que nos metieron algunos goles. Logramos tapar varios, pero a uno se le escapan
algunos, eso fue lo que pasó. Como está a punto de terminar el partido, los
autogoles se hicieron; pero con la decisión del árbitro de parar el partido por
razones especiales del campo de juego, al reanudarse, estoy seguro de que se
ganará. Lo ganará el país. Yo ya no estoy jugando, pero lo ganará la justicia.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO
Especial para EL TIEMPO
No hay comentarios:
Publicar un comentario