La resaca de la reforma: ¿Quiénes ganaron y quiénes perdieron?
Por Jonathan Bock, redactor Semana.com
León
Darío Peláez, Semana
|
ANÁLISIS Semana.com
A pesar de que el
Congreso le dio santa sepultura a la reforma a la Justicia, las sensaciones de
lo que pasó en los últimos días no dejan de ser amargas, y entre buena parte de
los colombianos reina el sinsabor. ¿Qué quedó de todo esto?
Viernes 29 Junio
2012
Los siguientes siete días desde cuando el Congreso,
a petición del Gobierno, en cabeza del exministro de Justicia Juan Carlos
Esguerra, aprobó la reforma a la Justicia, el país escuchó intrigas, mentiras,
acusaciones y vio asumir pocas responsabilidades.
Incluso, el último debate de las sesiones
extraordinarias no estuvo a la altura de lo que exigía el momento histórico, y
las discusiones de fondo que se exigían fueron reemplazadas por intervenciones
ligeras que sólo estaban dirigidas a lavar culpas y responsabilizar a terceros.
La votación del hundimiento a la reforma se hizo en tiempo record, duró siete
minutos. Había prisa por iniciar las vacaciones.
Este coctel que recibió la sociedad dejó la
sensación de que todo quedó igual. Pero ¿fue así? ¿No pasó nada? Por el
contrario, el tablero político se movió por un puñetazo que alteró todas las
fichas. El segundo tiempo del gobierno Santos, que empieza este 7 de agosto,
arranca con algunos actores más reforzados y con otros, como el mismo
presidente, más diezmados que nunca.
¿Quiénes ganaron?
¿Quiénes ganaron?
El Consejo Superior de la Judicatura y la Comisión
de Acusaciones de la Cámara
Fueron los grandes triunfadores porque con el
hundimiento de la norma lograron resucitar, ni más ni menos. Al día siguiente
de que el Congreso aprobó la reforma, los magistrados del Consejo Superior de
la Judicatura no asistieron a sus trabajos, pues habían desaparecido de un
plumazo. Sin embargo, después de conocer que el presidente Juan Manuel Santos
le retiraba su apoyo al proyecto, los togados volvieron al día siguiente muy
puntuales a sus puestos de trabajo.
La eliminación de estas dos instancias había sido una de las consignas del Gobierno y tenía el respaldo de diferentes sectores. Las denuncias de corrupción que había contra el CSJ y la ineficacia de la Comisión de Acusaciones de la Cámara eran los motivos principales para eliminarlos y sustituirlos por dos nuevas instituciones: El Consejo Nacional de Disciplina Judicial y la Comisión de investigación y Juzgamiento para aforados, respectivamente.
La eliminación de estas dos instancias había sido una de las consignas del Gobierno y tenía el respaldo de diferentes sectores. Las denuncias de corrupción que había contra el CSJ y la ineficacia de la Comisión de Acusaciones de la Cámara eran los motivos principales para eliminarlos y sustituirlos por dos nuevas instituciones: El Consejo Nacional de Disciplina Judicial y la Comisión de investigación y Juzgamiento para aforados, respectivamente.
Sin embargo, la resurrección no solucionará sus
problemas. A la Comisión de la Cámara no se solventó el déficit presupuestal,
ni se logró la descongestión de los más de 700 procesos que tiene a cargo, ni
se empoderó más a sus investigadores que, como ellos mismos han denunciado, son
demasiados frágiles frente a quienes investigan.
Polo y Mira
Los integrantes de estos dos movimientos fueron
prácticamente los únicos congresistas que salieron bien parados. No sólo porque
sistemáticamente fueron los únicos que por decisión de bancada se opusieron al
proyecto, sino porque en las horas posteriores a la aprobación del proyecto,
varias de sus figuras principales, como los miembros del Polo, Germán Navas
Talero, Camilo Romero y Luis Carlos Avellaneda, denunciaron los alcances que
tendría la ley.
Igualmente, durante las sesiones extraordinarias, no se dejaron llevar por las prisas ni estuvieron dispuestos a votar sin previamente lanzar dardos a sus compañeros del Congreso. El senador Romero aseguró primero que "este Congreso no puede posar de redentor" para después decir que espera que "algún día Colombia tenga un Congreso digno". Mientras Avellaneda los cuestionó y les preguntó: "¿Cómo es que dicen que votaron porque el Gobierno lo dijo?".
Igualmente, durante las sesiones extraordinarias, no se dejaron llevar por las prisas ni estuvieron dispuestos a votar sin previamente lanzar dardos a sus compañeros del Congreso. El senador Romero aseguró primero que "este Congreso no puede posar de redentor" para después decir que espera que "algún día Colombia tenga un Congreso digno". Mientras Avellaneda los cuestionó y les preguntó: "¿Cómo es que dicen que votaron porque el Gobierno lo dijo?".
Junto a ellos también se destacaron los que no
votaron a favor de la reforma, especialmente llamativo fue el ejemplo del
senador Juan Lozano, quien a pesar de ser el presidente del Partido de La U, se
plantó firme y no apoyó la iniciativa.
Álvaro Uribe
El expresidente lanzó una red en medio del río
revuelto y su pesca no fue poca. Uribe ganó en la medida en que, como siempre,
si el Gobierno de Santos se ve golpeado, él cobra. Y así sucedió, por lo menos
es lo que indican las encuestas que castigan a Santos con una pérdida de 10
puntos de favorabilidad en la opinión pública.
Igualmente logró que una vieja idea de él, la de la
Asamblea Constituyente, cobrara forma y encontrara eco entre diversos sectores
de la sociedad. Ante esta posibilidad, los seguidores del expresidente podrían
establecer unas nuevas reglas del juego que podrían beneficiarlo.
¿Quiénes perdieron?
El país y la sociedad.
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