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domingo, 26 de julio de 2020

periscopiopolitico.com.co Entrevista "Necesitamos descongestionar la Rama Judicial" /

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Entrevista

"Necesitamos descongestionar la  Rama Judicial"
CONSEJO-DE-ESTADO
El presidente del Consejo de Estado, Álvaro Námen Vargas, advierte que la solución a la congestión judicial no es otorgarles facultades a autoridades administrativas o notarios. “Lo que se debe hacer es crear más cargos de jueces y magistrados”, dice, en entrevista con LA NACIÓN.

¿Cómo ha trabajado el Consejo de Estado en medio de la pandemia?
Desde que el Gobierno Nacional decretó la emergencia económica, social y ecológica, para hacer frente a la crisis que se ha generado con la pandemia del Covid19, el 90% de la planta de personal del Consejo de Estado, a pesar de que los términos judiciales fueron suspendidos, ha trabajado en casa, de manera virtual y sin interrupciones, mediante el uso de las tecnologías de información y de las comunicaciones. Un porcentaje mínimo de servidores continúa asistiendo a las sedes de trabajo, para el desarrollo de algunas labores que implican necesariamente la presencia física de una persona, tales como la digitalización de expedientes y las notificaciones de las decisiones proferidas por la Corporación, así como también para retirar documentos para seguir con el trabajo desde las casas de cada uno. Por supuesto, la modalidad de trabajo que ha resultado de la crisis generada por la pandemia del covid-19 ha implicado una transformación abrupta en la cultura laboral a la que estábamos acostumbrados, en la que la presencialidad era la regla y la virtualidad la excepción.

¿Qué tan cómoda se ha sentido la Justicia en la virtualidad?
El Consejo de Estado ha respondido de manera positiva a la virtualidad. El resultado de nuestro trabajo realizado a través de medios virtuales es de 3.238 decisiones judiciales proferidas, de las cuales han sido prioridad las acciones de tutela y habeas corpus, al ser asuntos que involucran la protección de derechos fundamentales y los controles inmediatos de legalidad sobre los actos administrativos expedidos por las autoridades nacionales, surgidos a raíz de la declaratoria de emergencia económica y social, sin desconocer, por supuesto, los demás temas de que conoce la Corporación. Todas estas decisiones han sido proferidas a través de las salas, secciones y subsecciones, que han sesionado a través de medios virtuales y se han firmado de manera electrónica. Sin embargo, esto mismo no ocurre en la provincia, en la que los jueces y magistrados han tenido muchas dificultades con la conectividad, el desplazamiento de las casas a las sedes de trabajo para recoger expedientes o, incluso, por racionamientos del servicio de energía eléctrica, por mencionar algunos.

¿Se requiere con prontitud una Reforma a la Justicia?
Actualmente, hay un borrador de reforma, que Margarita Cabello, Ministra de Justicia, nos dio a conocer a comienzos de este año para que hiciéramos las opiniones y críticas que consideráramos necesarias. Ese borrador de proyecto de reforma constitucional abarca varios aspectos relativos al Gobierno y la administración de la Rama Judicial, la forma de vinculación, los períodos y requisitos de los magistrados, el precedente judicial y el presupuesto, de los cuales ninguno resuelve los problemas de los usuarios de la justicia, como lo son, principalmente, el acceso y la congestión judicial. El proyecto no ignora el problema de la congestión de los despachos judiciales, no obstante, a nuestro juicio, lo hace en forma inadecuada, por cuanto propone que se les otorguen atribuciones judiciales a autoridades administrativas, a notarios, a centros de arbitraje y a centros de conciliación, lo que no compartimos, pues consideramos que debe preservarse la competencia de la Rama Judicial sobre materias que le son propias. El Consejo de Estado siempre se ha opuesto a que se trasladen competencias judiciales a autoridades que no están instituidas para esos efectos, por ello siempre hemos sido claros en señalar que lo que se debe hacer es crear más cargos de jueces y magistrados que atiendan la carga razonable de trabajo que demanda la justicia del país, con plena cobertura territorial y acceso para toda la ciudadanía.

¿Qué debe contener esa reforma?
Como es sabido, venimos de un contexto de insatisfacción ciudadana en varios ámbitos de la sociedad, y en la justicia el reclamo más crítico hace referencia a la lentitud en el trámite de los procesos y en la resolución de los asuntos, lo cual obedece a una compleja problemática y a la insuficiencia de la oferta institucional. Por ello, consideramos que la verdadera reforma a la justicia debe brindarle al ciudadano la posibilidad de acudir a la jurisdicción no solo en condiciones de igualdad, sino también a la efectiva materialización de sus derechos, mediante decisiones justas, de fondo y oportunas, que resuelvan las controversias que presenta la sociedad. La demanda de justicia desde 1991 ha crecido en un 264%, mientras que el crecimiento del aparato jurisdiccional no supera el 38%. Esta desigualdad hace que el número de procesos que ingresan a los despachos judiciales tengan un índice de evacuación inferior al que se requiere y se genere así la denominada congestión judicial, lo cual impide que podamos ejercer nuestra función con la celeridad, la oportunidad y la prontitud que demanda la sociedad. Esto significa que Colombia está lejos de cumplir con el estándar internacional de número de jueces frente a la población. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, los países deben tener 65 jueces por cada 100.000 habitantes y el nuestro apenas alcanza a 11 jueces por esa población. Por lo tanto, la gran reforma a la justicia no es cambiar el mecanismo de elección de magistrados, el periodo de la magistratura ni la edad de retiro forzoso, como se ha planteado en los últimos años. Lo que necesitamos es descongestionar la Rama Judicial, para lo cual se requiere de un plan, unas herramientas y unos recursos técnicos suficientes para que los jueces puedan lograrlo.

Se aproxima la elección del Procurador General de la Nación, ¿Cómo escogerán ustedes al candidato?
En primer lugar, hay que aclarar que al Consejo de Estado le corresponde escoger uno de los integrantes de la terna de la cual elige el Senado de la República. Los otros dos integrantes son escogidos, uno por la Corte Suprema de Justicia y otro por el Presidente de la República. Debido a la crisis que ha generado el covid-19, que nos impide reunirnos de manera presencial, este año hicimos la convocatoria para escoger el integrante de la terna que corresponde al Consejo de Estado previo a la fecha en la que usualmente se ha dado inicio a este proceso en años anteriores, pues la emergencia nos impone el reto de anticiparnos a los términos y a prepararnos para cumplir con los deberes constitucionales y legales. En lo que tiene que ver con el proceso propiamente dicho para la escogencia del integrante de la terna, el pasado 14 de junio se hizo la convocatoria. Hoy se hace la publicación de inscritos, luego vendrán las observaciones de la ciudadanía, el examen a las hojas de vida, la preselección el 28 de julio, la presentación en Sala Plena el 4 de agosto, y la elección del candidato a integrar la terna el 11 de agosto. Por lo pronto y si la emergencia sanitaria continúa de la misma forma que se encuentra actualmente, todo este proceso se realizará a través de medios virtuales.

¿Qué Procurador necesita el país?
El país necesita que el Procurador General de la Nación sea el adalid de la lucha contra la corrupción y de la protección de los derechos de aquellos que por su situación o condición requieren de una mayor atención y vigilancia, como lo son, entre otros, las víctimas del conflicto, los líderes sociales, las comunidades étnicas o los desplazados y, en general, las poblaciones que han sido históricamente excluidos, vulnerados y discriminados.

Digitalizar la justicia en Colombia costaría más de US 500 millones La pandemia de coronavirus dejó en evidencia los rezagos para tener una justicia en línea. eltiempo.com/justicia/

Digitalizar la justicia en Colombia costaría más de US 500 millones

La pandemia de coronavirus dejó en evidencia los rezagos para tener una justicia en línea.
Juzgados en la pandemia
Desde el 16 de marzo, el Consejo Superior de la Judicatura suspendió los términos de procesos judiciales, que fue prorrogada hasta el 8 de junio. 
Foto: 
Milton Díaz. EL TIEMPO

Por: Justicia
 
22 de mayo 2020 , 09:29 p.m.
El uso de la tecnología en la administración de justicia, imprescindible en esta época debido a la pandemia, es una demanda que lleva 25 años en la legislación colombiana.

El artículo 95 de la ley estatutaria 270 de 1996, la hoja de ruta en materia de justicia en Colombia, otorga al Consejo Superior de la Judicatura la responsabilidad de incorporar los desarrollos tecnológicos en aspectos clave del funcionamiento del sistema. Sin embargo, la coyuntura sanitaria actual ha dejado en evidencia los escasos avances del país en este campo.
Desde el 12 de marzo, el Consejo Superior de la Judicatura ordenó medidas para el funcionamiento de una justicia remota, y las altas cortes también adoptaron decisiones para teletrabajar.

No obstante, situaciones como no tener buena conexión a internet o a electricidad han sido obstáculos no solo para funcionarios judiciales sino para las partes en los procesos.

Así quedó demostrado en el fallo de tutela con el que un juzgado en Pasto suspendió una audiencia pública virtual sobre el regreso del glifosato, programada para el 27 de mayo, porque era para comunidades que no tienen acceso a internet y, por tanto, no podrían participar de la misma.
Y es que, como dice el director de la Corporación Excelencia en la Justicia, Hernando Herrera, el país sigue en la prehistoria de la justicia digital, lo que impide tener más agilidad, transparencia e interoperatividad. Esta situación tiene a la justicia a media marcha durante la pandemia porque, pese a los esfuerzos por teletrabajar y a las excepciones en algunos procesos penales, civiles y familiares, la mayoría de casos están frenados por el trabajo remoto de las sedes judiciales y la suspensión de términos de los mismos.

Las limitaciones actuales de la justicia fueron punto de encuentro en un debate que esta semana realizó la Comisión Primera del Senado en el que varios congresistas, como la senadora conservadora Esperanza Andrade, criticaron lo que consideran un atraso de por lo menos dos décadas en digitalizar la justicia.
En ese debate, la presidenta del Consejo Superior de la Judicatura, magistrada Diana Remolina, reconoció que “no contar con mecanismos estándar digitales ha incidido en el acceso y trámite de los procesos judiciales”. Añadió que desde hace más de un año han adelantado con el Banco Mundial y el BID un proyecto para trasladar los servicios de la justicia a plataformas digitales, pero que esos avances los ha detenido momentáneamente la pandemia.

Por último, señaló que para tener una justicia digital se requiere mucha más inversión de la que actualmente tiene el sector justicia. De hecho, según estimados que la Judicatura estudia, basado en las experiencias de otros países, digitalizar la justicia colombiana puede costar entre 500 y 800 millones de dólares. Esto teniendo en cuenta que en países como Inglaterra se gastaron 800 millones de dólares, y que en Perú ya han invertido para esto mismo unos 450 millones de dólares, según le dijo Remolina a EL TIEMPO en una entrevista este año.
No contar con mecanismos estándar digitales ha incidido en el acceso y trámite de los procesos judiciales
La necesidad de una justicia digital que sea más ágil y transparente también fue punto de debate a comienzos de mayo, durante el programa Diálogos con la Justicia que promueve la Corte Suprema de Justicia. En ese espacio, el presidente de la Sala Civil de la Corte, Luis Armando Tolosa, dijo que están abiertos a recibir ideas y buscar acuerdos para mejorar la administración de justicia, y recordó que ya hay líneas marcadas por el Código General del Proceso que prevén una justicia con cero papel.

Por su parte, Humberto Sierra Porto, magistrado de la Corte IDH, sostuvo que en el tribunal internacional funcionan mecanismos de notificación que permiten a los jueces tener toda la información de los procesos digitalmente.

No obstante, Colombia aún está lejos de esos avances en digitalización de expedientes. Hoy solo en algunos juzgados de restitución de tierras se han hecho pilotos impulsados por la rama judicial para implementar el expediente electrónico, que permite tener digitalmente todos los archivos que conforman un proceso judicial. Aunque también hay juzgados que de forma autónoma han logrado avances en digitalización.
Desarrollos en las cortes
El Consejo de Estado, la Corte Constitucional y la Suprema de Justicia han adelantado por sus lados esfuerzos para digitalizar sus procesos.

Uno de los más avanzados son los que posee la Corte Constitucional, que tiene digitalizados todos los expedientes de constitucionalidad desde agosto del 2017, ha optimizado su página web para poder recibir intervenciones ciudadanas por ese medio, e incluso, en estos momentos, desarrolla un piloto para usar inteligencia artificial como apoyo en la selección de tutelas.

Por su parte, el Consejo de Estado, además de apoyar los trabajos con el BID y el Banco Mundial, también implementó el sistema Samai, que permite, digitalmente, incorporar documentos a los expedientes, firmar providencias, entre otros. Igualmente, han adelantado pruebas sobre cómo aplicarían, técnica y funcionalmente, el expediente electrónico; también se desarrolló un software que permite realizar votación electrónica en la sala plena de la Corporación.
Y la Corte Suprema de Justicia, en medio de la pandemia, logró la correspondencia digital entre salas, y hoy los casos en el alto tribunal se radican, reparten, discuten y aprueban en sesiones virtuales.

En todo caso, una justicia digital está aún lejana, y la brecha se ahondó con la emergencia de covid-19. Una de las dudas en estos momentos es qué tan profundo será el impacto en la congestión judicial.

Si bien no hay cálculos exactos, los atrasos de estos meses se sumarán a los más de 1,8 millones de expedientes que ya habían quedado pendientes el año pasado. Pero una vez la justicia retome su ritmo normal no solo deberá lidiar con estos, sino con la avalancha de procesos que dejará la pandemia.
JUSTICIA
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Borrador de reforma judicial plantea plan de choque para descongestión Documento del Minjusticia fija reglas para suspensión y juzgamiento de magistrados investigados. eltiempo.com/justicia/

Borrador de reforma judicial plantea plan de choque para descongestión

Documento del Minjusticia fija reglas para suspensión y juzgamiento de magistrados investigados.
Ministra de Justicia y Consejo de Estado
La ministra de Justicia, Margarita Cabello, ha estado en conversación con las cortes para recoger sus propuestas sobre el proyecto de reforma. En la foto, una reunión con el Consejo de Estado.
Por: Justicia
 
23 de julio 2020 , 09:21 p.m.
Cambios a las reglas de elección de los magistrados de las altas cortes, la posibilidad de que ellos mismos suspendan a sus pares inmersos en posibles irregularidades y un ambicioso plan de choque para descongestionar a la justicia hacen parte de los nuevos puntos incluidos en el último borrador de reforma judicial que prepara el Gobierno.

Para evitar que en la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado se registren demoras y dilaciones, como las que recientemente pusieron en vilo la continuidad de la Suprema, se establece que si al cabo de quince días de la primera votación no se obtiene la mayoría calificada, la elección se hará por mayoría simple.
El borrador señala que esos procesos de elección se deben dar luego “de una convocatoria pública reglada, en la que se fijen requisitos y procedimientos que garanticen los principios de publicidad, transparencia, participación ciudadana, equidad de género y criterios de mérito para su selección”.

Igualmente se propone reducir a cinco –hoy son seis– los miembros del Consejo Superior de la Judicatura, que administra la rama, y que de estos dos sean elegidos por la Corte Suprema, uno por la Corte Constitucional y dos por el Consejo de Estado.

En el texto del borrador del acto legislativo, conocido por EL TIEMPO, además de mantener la idea inicial de incrementar el periodo de los magistrados de 8 a 12 años, y aumentar los requisitos, el proyecto propone que la mayoría calificada de cada corte pueda suspender hasta por seis meses del ejercicio del cargo al magistrado cuya “conducta afecte de manera grave la confianza pública en la corporación o en la administración de justicia”.
Esto permitiría evitar que se registren casos como el del cuestionado exmagistrado Jorge Pretelt, quien se atornilló al cargo a pesar de los cuestionamientos en su contra por un presunto caso de corrupción por el que terminó siendo apartado del cargo por el Senado.

A esto se suma que se plantea acelerar las investigaciones en la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes frente al caso puntual de los procesos contra magistrados de las altas cortes, que son de su competencia. Así, luego de la suspensión del togado se tendrá un plazo máximo de seis meses para que la Comisión resuelva si hay lugar a formular una acusación en su contra.

La propuesta especifica claramente que ningún magistrado puede continuar en su cargo una vez termine su periodo.

La ministra de Justicia, Margarita Cabello, le dijo a este diario que este borrador es el producto de un año de trabajo y consultas en el que se han ido recogiendo las propuestas de las partes. Añadió que se entregó a las cortes para recibir sus opiniones sobre el avance del texto que iría al Congreso. El Gobierno sigue analizando si alcanza a presentar el proyecto en la presente legislatura o si lo hace en marzo de 2021.
Virtualidad judicialLa iniciativa abre la puerta para que en un plazo máximo de 8 meses tras la promulgación del acto legislativo, la Fiscalía General y el Consejo Superior de la Judicatura presenten un plan de descongestión judicial a tres años para poner al día los procesos que se siguen acumulando en los despachos.

El plan tendría que incluir las estadísticas de congestión de cada despacho y tribunal, el cálculo de la plata que se necesitaría para aplicarlo con éxito y un cronograma de cumplimiento.

Cuando termine el plan de choque, dice el documento, se adoptarán medidas “para ajustar las cargas laborales y atender de manera eficiente las necesidades de justicia en los territorios”.
Como parte del plan, el Gobierno señala que presentarán iniciativas para dejar de judicializar algunas conductas y promover otros mecanismos alternativos para solucionar los conflictos.

Ante la situación que ha vivido la justicia en medio de la pandemia, en la norma se incluyó una modificación que promueve la virtualidad aprovechando “tecnologías de la información y las comunicaciones y de los recursos que permitan garantizar la prestación continua del servicio de justicia”.

Añade que para administrar justicia “se podrán utilizar cualesquiera de los canales digitales, con respeto a las garantías constitucionales y los requisitos previstos en el procedimiento que los regule. El Estado deberá promover el acceso a tales canales en condiciones de igualdad”.
Las personas que demanden la tutela de sus derechos e intereses tienen derecho a hacerlo a través de los mecanismos tecnológicos y digitales que para el efecto se establezcan
Incluso en el texto se plantea que se podrán establecer obligaciones a las autoridades locales para garantizar la consulta de las comunicaciones que faciliten el acceso a la justicia en los territorios.

“Las personas que demanden la tutela de sus derechos e intereses tienen derecho a hacerlo a través de los mecanismos tecnológicos y digitales que para el efecto se establezcan. Se garantizará el acceso a dichas herramientas para el trámite de todos los procesos y acciones judiciales, en condiciones de igualdad”, se lee en el documento.
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