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jueves, 27 de septiembre de 2018

El polémico revolcón a la justicia que propone el Centro Democrático Parlamentarios blindados frente a capturas y con decisión sobre el presupuesto, en la iniciativa. El Tiempo. eltiempo.com/politica/congreso/

El polémico revolcón a la justicia que propone el Centro Democrático

Parlamentarios blindados frente a capturas y con decisión sobre el presupuesto, en la iniciativa.
 
27 de septiembre 2018 , 08:34 a.m.
Con la oposición de varios sectores de las cortes por resolver, al Gobierno del presidente Iván Duque se le acaba de aparecer un nuevo obstáculo para sacar adelante su propuesta de reforma a la justicia: el proyecto de varios congresistas del Centro Democrático, apoyado por el expresidente Álvaro Uribe, que no solo va en contravía en varios puntos con el del Ejecutivo sino que trae además artículos que encenderán polémica.
Al Congreso ya han llegado tres iniciativas: la de la ministra Gloria María Borrero; la de Cambio Radical y la del Centro Democrático. Pero esta situación, que es normal en el trámite legislativo y que normalmente se resuelve mediante la acumulación de proyectos, pone en esta oportunidad en jaque al Gobierno porque los ajustes legales y constitucionales planteados por su propio partido, el CD, hacen poco probables los consensos que se necesitan para sacar adelante una reforma que ha naufragado diez veces en los últimos 20 años. 

De hecho, la propia ministra de Justicia ya anunció que el presidente Duque no apoya una de las banderas del proyecto, la eliminación de las Cortes Suprema y Constitucional para crear una especie de supercorte, el Tribunal Constitucional Supremo.
En 41 artículos, tres de los principales alfiles del expresidente Álvaro Uribe -Paloma Valencia, Samuel Alejandro Hoyos y José Obdulio Gaviria- aseguran que la reforma que plantean se requiere para solucionar, por ejemplo, "la utilización, que hacen ciertos grupos de la sociedad, de mecanismos legales para articular, a través de demandas judiciales, distintos intereses económicos, políticos o sociales". Lo que plantean los parlamentarios es que en Colombia se afectó el equilibrio entre poderes en los últimos años, por lo que la mayoría de sus propuestas están encaminadas a fortalecer al Congreso. 

Estos son algunos de los puntos más polémicos de la propuesta del uribismo para reformar la justicia:
1. Aunque una de las banderas de la consulta Anticorrupción y de los acuerdos liderados por el presidente Duque fue acabar con los cupos indicativos ('la mermelada'). El proyecto plantea que "una quinta parte del presupuesto nacional de inversión se denominará Inversión de iniciativa congresional" y que "el Congreso, por iniciativa de sus miembros y con aprobación de la plenaria, disponga inversiones del presupuesto nacional". Así, los parlamentarios decidirán cómo se usa esa plata.

2. El Senado sería el juez del Presidente, incluso frente a conductas penales. El actual sistema, criticado por su inoperancia, tiene a la Comisión de Acusación como investigador y un antejuicio político (plenarias de Cámara y Senado) que antecede la remisión de un expediente a la Corte Suprema, si se trata de delitos. Como el proyecto desaparece la Corte, los miembros del Senado investigarán y juzgarán los eventuales delitos del Presidente (se acabaría el fuero de Fiscal y magistrados).

3. Revive el fuero parlamentario: Una de las situaciones que llevaron a la Constitución de 1991 fue la virtual impunidad de la que gozaban los miembros del Congreso por la Carta de 1886. Las reglas de juego obligaban a que el Legislativo autorizara las capturas. La propuesta del Centro Democrático señala que "ningún miembro del Congreso podrá ser aprehendido ni llamado a juicio sin permiso de la Cámara a que pertenezca", incluso en los casos de flagrancia.

4. En manos de las comisiones primeras conjuntas quedaría permitir la captura o llamado a juicio de los miembros del Tribunal Supremo Constitucional. Bajo esas reglas de juego, sacar adelante investigaciones fundamentales como las de la narcopolítica en los 90 y de la parapolítica, hace una década, quedarían amarradas a la decisión política de los congresistas. Los parlamentarios serían juzgados en primera instancia por juzgados del circuito, y en segunda, por tribunales superiores.

5. El Fiscal General sería elegido por el Presidente de la República. Esa elección está hoy en manos de la Corte Suprema, de terna propuesta por el Ejecutivo. Esto se explica entre otras razones porque el Presidente y el Fiscal General son, en ese orden, los funcionarios públicos más poderosos del país y lo que busca el actual sistema es evitar la concentración de poder. La ratificación del Fiscal quedaría en manos del Senado.

6. Para actuar contra congresistas, magistrados del Tribunal Supremo, Contralor, Procurador y generales y almirantes, la Fiscalía debería presentar el caso "ante las comisiones primeras de Senado y Cámara de Representantes, que analizarán la acusación y por mayoría absoluta podrán retirar el fuero a Congresistas y Magistrados cuando encuentren mérito para ello".

7. Crea un nuevo Consejo de Estado, del que el Vicepresidente de la República sería presidente por todo su periodo (4 años). Además, los consejeros serían elegidos por el Presidente de la República. Hoy, esos magistrados son elegidos por la misma corporación, de una lista de elegibles elaborada por la Judicatura.

8. Por Constitución, plantea que "nadie podrá ser privado de la libertad mediante una medida de aseguramiento de detención preventiva en establecimiento carcelario, por más de un año salvo que medie nueva investigación penal por hechos diferentes". Aunque en esencia ese mandato suena racional, la aplicación a rajatabla de ese límite, sin considerar la realidad del país en materia de criminalidad y de congestión judicial, en la práctica ha permitido la salida a las calles de peligrosos delincuentes.

9. También plantea revivir la figura de los jurados de conciencia, que son ciudadanos haciendo las veces de jueces incluso frente a causas criminales.
En 2015, el gobierno de Juan Manuel Santos logró aprobar una reforma a la justicia que terminó desmantelada por fallos de las altas cortes. Antes, en el 2012, la reforma que aprobó el Congreso terminó objetada por el mismo gobierno ante la inclusión de varios 'micos' legislativos durante las audiencias de conciliación de los textos aprobados por Cámara y Senado.

El actual gobierno, en cabeza de la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, ha dicho que si bien la reforma que propuso no fue conciliada con las altas cortes, sus artículos sí les fueron informados a las cabezas de los tribunales y que en todo caso la justicia necesita ajustes de fondo y cuanto antes.
ELTIEMPO.COM

Uribe ya no le camina a reforma judicial de senadora Paloma Valencia. El senador del Centro Democrático anunció que apoyará el proyecto que radicó el Gobierno. Politica El Tiempo / eltiempo.com/politica/

Uribe ya no le camina a reforma judicial de senadora Paloma Valencia

El senador del Centro Democrático anunció que  apoyará el proyecto que radicó el Gobierno.
 
27 de septiembre 2018 , 09:40 a.m.
El expresidente Álvaro Uribe, 24 horas después de que un grupo de senadores del Centro Democrático liderado por la senadora Paloma Valencia radicara un proyecto de reforma a la justicia, que creaba una supercorte, anunció que no respaldará esa iniciativa, sino la del Gobierno, que conserva la tres cortes actuales.

"Apoyaremos la Reforma a la Justicia del Gobierno, entendemos que no saldrá la magnífica idea de la senadora Paloma Valencia para que haya una sola Corte, pero seguiremos proponiendo la reflexión pública porque los partidos no se pueden agotar”, escribió el senador en su cuenta de Twitter.
El anuncio de Uribe, el jefe del Centro Democrático, de que va a respaldar el proyecto del Gobierno, prácticamente deja fuera del camino la iniciativa radicada por la senadora Valencia.

El proyecto de los uribistas plantea un revolcón en materia de juzgamiento a los congresistas y establece la creación de una  ‘supercorte’.

La propuesta apunta a que los congresistas y los magistrados que integrarían el tribunal constitucional supremo, órgano que se crearía, sean investigados y acusados por la Fiscalía y juzgados por jueces y tribunales ordinarios. 

Actualmente, los congresistas son juzgados por la Corte Suprema de Justicia –la cual desaparecería con esta propuesta– y los magistrados de las altas cortes por el Congreso.

Adicionalmente, la labor de “investigar y acusar” a los congresistas y a los nuevos magistrados quedaría en cabeza del Fiscal General y la decisión de levantarles el fuero para que los procesos avancen la tomarían las comisiones primeras de Senado y Cámara.

En este sentido, la propuesta del Gobierno está orientada a crear un cuerpo investigativo en la Comisión de Acusación de la Cámara y mantener en el Congreso los procesos contra Presidente, Fiscal y magistrados de altas cortes. Y la de Cambio Radical no toca aspectos de fondo al respecto. 

La propuesta de los uribistas también contempla modificaciones en la figura del Fiscal General. Para empezar, el jefe del ente investigador sería nombrado por el Presidente de la República y contra él también podría aplicarse la moción de censura. 

Actualmente, el Fiscal General es elegido por la Corte Suprema de una terna que envía el jefe del Estado.
Lo que piensa Duque
Sorbe el proyecto de los uribistas también se refirió el miércoles en la tarde, desde Nueva York, el presidente Iván Duque.

El jefe de Estado recordó que el gobierno presentó una reforma al igual que otros partidos y calificó como “respetable” lo planteado por la senadora Valencia. Resaltó que el proceso de debate parlamentario tendrá que iniciarse y se tendrá que debatir cómo se van a cumular los proyectos y cuáles son las ideas que van a prevalecer..

“Me parece que no hay que darle a eso el tinte de ser controversial. Creo que es una idea de una senadora que me merece respeto, como la que ha presentado Cambio Radical”, dijo el Presidente, quien consideró que lo importante es que las comisiones del Congreso inicien su debate.

Política El Tiempo.

Gobierno plantea extensión de mesa técnica para discutir reforma a la justicia. Redacción Política El Espectador / elespectador.com 27 dseptiembre de 2018.

Gobierno plantea extensión de mesa técnica para discutir reforma a la justicia

La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, explicó que la intención es avanzar en una propuesta más amplia sobre los cambios que necesita la justicia. Hasta el momento han llegado tres propuestas de reforma al Congreso.
Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior.
Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior. Prensa Mininterior
El éxito de la mesa técnica que se instaló para que todos los partidos políticos y movimientos que hace parte del Congreso de la República discutieran y concertaran los proyectos anticorrupción que fueron presentados ante el Legislativo, y que retomaron los puntos de la consulta anticorrupción, motivó que el Gobierno considere utilizar el modelo para buscar acuerdo sobre la reforma a la justicia.
“El presidente Iván Duque les ha pedido a los partidos que la mesa técnica que funcionó para los proyectos anticorrupción podamos extenderla para la reforma a la justicia la justicia y, claro, para la reforma política”, señaló el miércoles Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior, al culminar la sesión en la que se debatía la reforma política en la Comisión Primera del Senado.
Según Gutiérrez, esa comisión del Congreso representa a la totalidad de los partidos en el Congreso y considera que es una razón por la que se podrá avanzar en una propuesta mucho más amplia sobre la justicia, con la participación de todos los partidos.
Al Congreso han llegado tres propuestas de reforma a la justicia: una del Gobierno, una de Cambio Radical y otra más del Centro Democrático, presentada por la senadora Paloma Valencia. En ese sentido, tiene lógica que el Gobierno plantee, nuevamente, que representantes de los partidos puedan desarrollar sesiones de trabajo para la redacción de los textos.
De hecho, sobre la reforma política se realizó un encuentro el pasado martes en el Ministerio del Interior, en el que, por el momento, se acordaron cuatro puntos alrededor de la reforma política que apenas inicia su trámite en el Legislativo, como lo es la lista cerrada, con democratización interna de partidos para su conformación; el registro único de militantes ante la organización electoral; paridad de género en la conformación de las listas; y la prohibición a quien haya militado en un partido político en el año anterior y la obligación de un año de militancia para poderse inscribir como candidato.

Gobierno de Colombia - Ministerio de Justicia. Propuesta de Reforma a la Justicia. Un paso adelante en la construcción de una mejor y más eficiente justicia en Colombia. Los cuatro pilares.

Gobierno de Colombia - Ministerio de Justicia

Propuesta de Reforma a la Justicia

Un paso adelante en la construcción de una mejor y más eficiente justicia en Colombia.
Los cuatro pilares.

La reforma a la justicia que requiere el sistema judicial debe reunir varias características, para lograr lo que el país tanto anhela y necesita; la nueva propuesta de reforma a la justicia que lidera el Ministerio de Justicia y del Derecho plantea desde su base la unión de cuatro aspectos primordiales, que en adelante se denominarán pilares fundamentales:

1. Conformación de un nuevo órgano para la investigación y el juzgamiento de magistrados de las Altas Cortes.
Este tema hace parte de la reforma electoral que actualmente impulsa el Gobierno.

El propósito es conservar el antejuicio político, pero fortalecer la etapa de investigación para hacerla más rigurosa y garantista. De este modo, lo que se pretende es que los magistrados puedan ser sujetos de investigación y juzgamiento por un órgano que actúe de manera célere, eficiente y eficaz.

2. Rediseño de las facultades electorales de las Altas Cortes.
El ejercicio de las facultades electorales, en la forma como están diseñadas, ha derivado en la politización de la justicia y además ha impedido que los jueces se dediquen a sus funciones esenciales: administrar justicia.
Por esta razón, a través de esta propuesta, se pretende modificar el funcionamiento de la administración de justicia, hacia una dinámica menos politizada, pero sin alterar el balance de los pesos y contrapesos que soportan el equilibrio de poderes de Estado de Derecho.
En consonancia con lo anterior, se propone centrar el ejercicio de las facultades para elegir al Fiscal General de la Nación, al Contralor General de la República y el Registrador Nacional del Estado Civil, en los presidentes de la Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional, el Consejo Superior de la Judicatura y el Consejo de Estado, pero además se añade un cuarto elector, ajeno a la Rama Judicial: el Defensor del Pueblo.
Con esta fórmula, los demás magistrados que conforman las Altas Cortes estarán libres del ejercicio de la función electoral y podrán dedicarse a las funciones inherentes a su cargo con tranquilidad. De igual forma, al reducir el número de personas que participan en la elección, se garantiza que tardará menos tiempo, lo que evitará las situaciones interinidad que tanto daño le han hecho a instituciones como la Fiscalía General de la Nación. 
Finalmente, al incluir al Defensor del Pueblo en el proceso de elección, se busca que las facultades electorales no se concentren únicamente en la Rama Judicial y concurra la participación de un organismo ajeno a las tres ramas del poder público, para garantizar en mayor medida la estabilidad en el andamiaje institucional del Estado y el ejercicio transparente de la elección por parte de las Altas Cortes. 
Con esta propuesta entonces se mantiene el equilibrio al que aspira la Constitución de 1991, pero se rediseña el procedimiento de elección, para aligerar las cargas que tenían los magistrados de estas corporaciones judiciales y que les impedían dedicarse con tranquilidad a las funciones propias de su cargo.

3. Adoptar medidas efectivas de descongestión judicial para combatir la mora judicial.

Buen funcionamiento y descongestión judicial.

Los elevados índices de congestión de casi todos los despachos judiciales del país han derivado en la imposibilidad de acceder oportunamente a la administración de justicia, mediante decisiones prontas y ágiles, lo que ha repercutido gravemente en la pérdida de eficacia los mecanismos judiciales que tienen los ciudadanos para proteger sus derechos, lo que finalmente se ha reflejado en una pérdida paulatina de confianza en el sistema.
Este pilar tiene como propósito garantizar a mediano y largo plazo, un acceso oportuno a la justicia y a la resolución de los conflictos, para fortalecer la confianza de los ciudadanos en la administración de justicia.
Estas medidas incluyen:
1) La consagración de algunos principios constitucionales que orienten el ejercicio de esta función pública y garanticen la resolución de conflictos en tiempos razonables, y con criterios gerenciales.
2) El establecimiento de control y seguimiento efectivo a la gestión de los despachos judiciales
Dentro de las principales medidas encontramos:
Incorporación de los siguientes principios, como orientadores del ejercicio de la administración de justicia:
a) Carga laboral razonable.
b) Infraestructura y logística suficiente.
c) Óptima calidad de la decisión.
d) Transparencia y descongestión 
Creación de una oficina de la Rama Judicial, encargada de hacer seguimiento continuo a la gestión de los despachos judiciales y de las demás que la integran.
Elaboración del plan estratégico con todas las instituciones que integran el sistema de justicia, para mejorar el oportuno acceso a la administración de justicia.
Elaboración del Plan de Descongestión de la Justicia, con plazo a 5 años, elaborado por el Consejo Superior de la Judicatura, el Ministerio de Justicia y del Derecho, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, las Altas Cortes y la Fiscalía General de la Nación.
En cuanto al buen funcionamiento de la administración de justicia, la reforma busca crear las condiciones para garantizar que sólo personas de las más altas calidades éticas, morales, intelectuales, profesionales y personales ejerzan la noble y delicada labor de impartir justicia. La función de impartir justicia conlleva una profunda vocación de servicio a la ciudadanía y encarna un privilegio al que sólo deben acceder quienes demuestren ser aptos para el cargo, no sólo por sus conocimientos académicos e intelectuales, -que deben ser lo suficientemente amplios como para alcanzar una decisión tan justa como sea posible-, sino también por sus cualidades éticas y personales, en otras palabras, a la magistratura deben llegar sólo quienes estén libres de toda tacha o cuestionamiento en su vida profesional. Para tal efecto, se proponen las siguientes medidas:
Reglamentación del procedimiento de elección de magistrados que integran las altas cortes, para incluir normas de transparencia y establecer plazos para suplir las vacancias con prontitud, y evitar las situaciones de interinidad prolongadas.
Se establece que las vacancias de los cargos de jueces se suplirán a través de listas de elegibles conformadas a partir del concurso respectivo.
Reglamentación para la elección de magistrados de las Altas Cortes, de los magistrados de tribunal y de jueces de la república.
Modificación del mecanismo de elección de los Magistrados de la Corte Constitucional.
Proscripción de afinidad política o ideológica como requisito para ser elegido magistrado de alguna de las cortes.
Se definen plazos máximos para suplir las vacancias de magistrados y de presidente de Alta Corte.
Se incorpora la experiencia relacionada como uno de los requisitos para aspirar a los cargos de cada una de las altas cortes.

4. Mejorar la formación de los profesionales del derecho con un enfoque humanista y ético.

Formación integral de los profesionales

La crisis de la justicia no sólo es consecuencia de los diseños institucionales, sino también de una profunda crisis ética y académica que abarca todas las profesiones y oficios.
Es necesario adoptar medidas para garantizar que los profesionales, y concretamente quienes se desempeñen en la abogacía, serán idóneos no sólo desde el punto de vista técnico, sino también ético y moral, a través del énfasis en la formación ética y humanística.
De esta manera, se busca mejorar la calidad de la formación de todos los actores del sector, incluyendo no solo a los operadores de justicia, sino también a quienes ejercen la profesión como litigantes y funcionarios de todas las ramas del Estado y del sector privado.
De acuerdo con lo anterior, la propuesta está orientada en el siguiente sentido:
• Establecer la obligación del Estado de fortalecer sustancialmente la formación ética y humanística.
• Incorporar como objetivos adicionales del derecho a la educación, la formación en ética y cultura de la legalidad.
• Establecer como una de las finalidades de la función de inspección y vigilancia, una mejor formación en cultura de la legalidad, humanismo y prácticas profesionales orientadas en valores morales.
Autoregulación:
La dignidad de la labor de impartir justicia, no debe predicarse sólo de quienes integran las Altas Cortes, sino también y con la misma importancia, de quienes se encuentran en los tribunales y juzgados municipales y de circuito.
Para fortalecer el sistema judicial, no sólo es menester asegurar el correcto funcionamiento de los altos tribunales, sino también de las demás instancias judiciales, pues son los jueces de las regiones los que imparten la justicia del día a día, los que evitan que la conflictividad alcance proporciones mayúsculas y sobre todo, los que impiden que los ciudadanos se vean tentados a tomar la justicia por mano propia o acudir a mecanismos de justicia privada. Por esta razón, excelencia y la calidad profesional y moral debe exigirse de la misma manera tanto a quienes ocuparán las Altas Cortes, como a los jueces y funcionarios de las demás instancias judiciales.
En consecuencia, es necesario establecer reglas de juego claras que orienten la actividad de las Altas Cortes y de todas las autoridades judiciales.
Para desarrollar lo anterior, las Altas Cortes expedirán un reglamento que regule los siguientes temas:
1) La organización de las elecciones internas a su cargo.
2) Garantizar que la elección y provisión de las vacantes se realice en los tiempos señalados en la Constitución, para evitar las situaciones interinidad.
3) Garantizar la igualdad de oportunidades de todos los aspirantes, y la elección únicamente con fundamento en reconocidos y sobresalientes méritos académicos y éticos.
4) Garantizar que las vacantes de jueces y magistrados de Tribunal se provean con la lista que se constituye a partir del concurso de méritos de la Rama Judicial.
5) Garantizar que no sólo los jueces y magistrados, sino también los empleados judiciales de los despachos, sean nombrados únicamente en atención a sus méritos académicos y calidades éticas.
6) La prohibición para aspirantes y magistrados electores, de tener vistas privadas de los candidatos y abogados litigantes.
7) La prohibición para los magistrados electores de recibir recomendaciones e influencias durante el procedimiento de selección.
8) Un listado completo de conductas éticas exigibles a los aspirantes y magistrados electores.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Como Duque se bajó de la corte única, Uribe la propone en el Congreso. semana.com

 | 9/25/2018 9:29:00 PM

Como Duque se bajó de la corte 

única, Uribe la propone en el 

Congreso

El expresidente firmó el proyecto de reforma a la justicia que el uribismo radicó 
en el Senado y que convierte a las altas cortes en tribunales de segunda instancia, 
y a la Corte Constitucional en el Tribunal Supremo. Asegura que no es un acto de 
oposición a Duque.
Alvaro Uribe presenta reforma a la justicia que crea corte única
Una de las propuestas que más controversia generó en la pasada campaña presidencial fue la de establecer una corte única. La idea pretendía unificar en un solo organismo a la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, el Consejo Superior de la Judicatura y la Jurisdicción Especial para la Paz, con el objeto de mejorar su eficiencia y evitar el choque de trenes.
La propuesta fue defendida en varios debates por el candidato del uribismo Iván Duque. Su principal argumento era que todos los países mejor calificados en desempeño de la justicia tienen un solo organismo rector de la jurisdicción y que por ello Colombia debía adoptar este modelo para salir de la crisis de ese sector.
Las críticas no se hicieron esperar, los demás candidatos que participaron en la contienda la descalificaron con todo tipo de argumentos, incluso advirtieron que acabar con las cortes era una idea propia de dictaduras como el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Como consecuencia, Duque tuvo que matizar su propuesta y presentarla no como una promesa de gobierno, sino apenas un insumo para enriquecer el futuro debate de la reforma la justicia.
Pero el Duque presidente pareció olvidarla. El pasado 13 de septiembre, las ministras del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, y de Justicia, Gloria María Borrero, radicaron en el Senado el proyecto de reforma a la justicia, en cuyos artículo no hubo mención alguna a la propuesta de acabar las altas cortes y establecer una corte única.
Rafael Nieto, quien fuera uno de los cinco precandidatos presidenciales del uribismo, aseguró el pasado fin de semana que Duque había renunciado a su propuesta de campaña porque las altas cortes se opusieron y porque la idea no parecía tener respaldo político en el Congreso.
Esa situación pareció generar cierto malestar al interior del Centro Democrático, el partido de gobierno. No de otra forma se puede interpretar el hecho de que la senadora Paloma Valencia y el senador Álvaro Uribe Vélez hayan radicado este martes un proyecto de reforma a la justicia independiente al presentado por el gobierno, y en el cual revivieron aquella idea que Duque defendió en sus días de candidato presidencial.
El proyecto de reforma a la justicia del uribismo establece que la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado pasarían a ser tribunales. Por ejemplo, se establecería el tribunal superior para la materia civil, el tribunal superior penal y el tribunal superior administrativo, que tendrían la función de ser el órgano de cierre de cada jurisdicción.
La única corte que se establecería sería el Tribunal Constitucional Supremo, que se encargaría de unificar la jurisprudencia y en la que se tramitaría el recurso extraordinario de amparo constitucional en los casos en los que determinado proceso haya violado el derecho sustantivo en los tribunales de cierre, es decir en aquellos casos en los que una sentencia termine en contra de la jurisprudencia existente.
Álvaro Uribe, uno de los diez senadores que junto a Paloma Valenciafirmaron el proyecto, aclaró que esta iniciativa no puede ser entendida como una oposición al proyecto presentado por el gobierno Duque. Sin embargo dejó entrever que como el presidente no defendió la propuesta, el Centro Democrático decidió presentarla para “enriquecer” la discusión.
“Independientemente de nuestro ideal de estructura de la justicia, el Centro Democrático colaborará para que el presidente Duque obtenga de este Congreso una reforma a la justicia que la mejore sustancialmente, pero también es nuestro deber explicarle a la opinión pública ideales que tenemos en la materia. Nuestra prioridad será que el presidente Duque pueda sacar una buena reforma a la justicia del Congreso”, aclaró Uribe.
El expresidente también recordó que la idea de la corte única es una propuesta que el Centro Democrático ha venido agitando desde hace cuatro años, y que en la pasada campaña presidencial todos sus cinco precandidatos presidenciales la habían defendido. “El presiente Duque hablaba de ella como una de las opciones. No la única propuesta de reforma a la justicia, sino como una de las opciones”.
Paloma Valencia también aseguró que a pesar del olvido del presidente Duque de incluir esta propuesta en la reforma a la justicia, el proyecto radicado por su partido “en ningún caso se puede interpretar contrario al del gobierno”. De hecho ratificó su condición de ponente de la reforma para defender la iniciativa presentada por el gobierno.
Más allá de las aclaraciones de Uribe y Valencia, el hecho es que el Centro Democrático presentó su propia reforma a la justicia, y en ella incluyó la promesa de campaña que Duque olvidó como presidente.
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