14 Abr 2012 - 6:00
pm
"Hay
un enorme riesgo de impunidad"
Por: Cecilia
Orozco Tascón / Especial para El Espectador
El director del
Centro de Estudios Constitucionales-Plural, habla de los beneficios que
obtendrán los congresistas de la Reforma a la Justicia.
Armando Novoa, director del Centro de Estudios
Constitucionales-Plural
Cecilia Orozco
Tascón.- De acuerdo con lo aprobado al día de hoy en la reforma a la justicia
¿se eliminan los impedimentos de los congresistas para votar proyectos de ley
que los beneficien personalmente?
Armando Novoa García.- El proyecto contiene un
artículo que pulveriza este mecanismo creado por la Constitución para
garantizar que los congresistas decidan con base en el interés general y no en
su propio beneficio. Hoy, si los congresistas tienen un interés directo en los
proyectos que examinan, deben declararlo y apartarse de la votación. Pero el
texto que votará la semana próxima la Comisión Primera del Senado, dice que no
existirá conflicto de interés cuando se participe en el debate y votación de
proyectos que desarrollen la reforma a la justicia. Lo preocupante es que entre
los temas que deben decidir están los cambios a la pérdida de investidura y la
modificación de su propio régimen disciplinario. Esta gabela es una extensión
perversa del acto legislativo que promovió con diligencia el ministro del
Interior en 2010.
C.O.T.- ¿A cuál
acto legislativo se refiere y por qué considera que el artículo anterior es una
“extensión perversa” de ese acto?
A.N.G.- Me refiero al acto legislativo ya aprobado
en que se suprimió el conflicto de interés para votar reformas a la Constitución.
El artículo del que hablamos es una extensión perversa de ese acto porque
también suprime el conflicto de interés pero para votar cualquier ley.
C.O.T.- Si esta
parte de la reforma se aprueba finalmente ¿cuáles efectos tendrá en la
práctica?
A.N.G.- Los congresistas que están siendo
investigados por la Corte Suprema o por la Procuraduría, podrán decidir sobre
las leyes que eventualmente se les aplicarán a ellos mismos. Esto es de la
mayor gravedad en un contexto en el cual el fenómeno de la parapolítica cobijó
a una parte significativa de la clase política. Lo más sorprendente es que el
gobierno concluya que como hay varios congresistas investigados por la
justicia, lo adecuado no era impulsar una reforma para purificar de verdad el
Congreso sino una para restringir las competencias de investigación y
juzgamiento de la Corte Suprema. Si se aprueba este artículo, los investigados
definirán las reglas con que los sancionarán. Es un mensaje demoledor en contra
de la transparencia con que debe actuar el Congreso en la aprobación de las
leyes.
C.O.T.- Haciendo
una comparación y guardadas proporciones ¿lo que se aprobaría en el Congreso en
esta materia equivale a que un asesino pueda definir las reglas con que lo
juzgarán?
A.N.G.- Exactamente. Así es.
C.O.T.- En la
misma reforma y según lo propuesto ¿qué pasará con el régimen de pérdida de
investidura de los congresistas?
A.N.G.- Cuando se mira en detalle la reforma, se
concluye que vamos en camino a un régimen político sin controles judiciales. La
reforma a la pérdida de la investidura hace casi que imposible que el Consejo
de Estado pueda declararla pues: 1. Se establece un principio de gradualidad en
las sanciones 2. Se introduce la figura de la suspensión de la investidura
(menor al de la pérdida) que no existe en la actualidad 3. Se elimina la
responsabilidad objetiva en las causales que contempla la Constitución 4. Se
amplía el término para que el Consejo de Estado tome la decisión y 5. Se crea
la doble instancia ante esa corporación.
C.O.T.- La pérdida
de investidura, entonces, será imposible.
A.N.G.- Su afirmación es premonitoria. Si se
aprueba el nuevo régimen, esta figura, que ha servido para la moralización de
la función legislativa, desaparecerá en la práctica. Actualmente una solicitud
de pérdida de investidura puede ser formulada por la mesa directiva de la
Cámara correspondiente, o por cualquier ciudadano. Lo primero nunca ha
ocurrido. Todas las pérdidas de investidura decretadas por el Consejo de Estado
han sido de origen ciudadano. Ahora se quiere debilitar este poder y fortalecer
otro, el de las inmunidades del Congreso.
C.O.T.- El punto
al que definitivamente le temen más los congresistas es el de su juez penal, la
Corte Suprema ¿Cuántos parlamentarios han sido investigados o condenados por la
Corte en los últimos años?
A.N.G.- Desde el año 2006 han sido condenados por
la Corte alrededor de 30 congresistas, entre ellos cuatro ex presidentes del
Congreso. Hace 2 años, la Corporación Nuevo Arco Iris encontró que se
adelantaban 91 investigaciones contra congresistas elegidos en el período
2006-2010. Fuentes cercanas a la Corte señalan que actualmente se investiga a
30 congresistas en ejercicio. Lo que preocupa es que varios herederos y
familiares de los condenados que tienen asiento en el Congreso podrán
participar en la reforma y ningún partido ha sido sancionado por dar cabida a
políticos involucrados en esa situación.
C.O.T.- Pero se
suponía que los partidos tendrían castigo por no seleccionar a sus miembros…
A.N.G.- Es cierto. En el trámite de esta reforma a
la justicia también se ha intentado dejar sin efecto la reforma política
aprobada en el 2009 y 2010 que responsabiliza a las agrupaciones políticas
mediante la figura de la silla vacía.
C.O.T.- En la
reforma se plantean cambios en el juzgamiento de los congresistas ¿Cuáles son
exactamente las modificaciones?
A.N.G.- Se pretende que: 1. La Corte Suprema
investigue a los congresistas pero solo en relación con hechos u omisiones
ocurridos en el desempeño de sus funciones. Por consiguiente, quienes cometan
delitos para ser elegidos (parapolítica), quedarían fuera del alcance de la
Corte. 2. Los congresistas solo podrán ser detenidos cuando exista condena de
primera instancia. Por consiguiente ya no habrá detención preventiva 3. Se crea
una Sala adicional en la Corte Suprema que se llamará de Investigación y
Calificación. Tendrá 10 magistrados con funciones disciplinarias y penales. Y
se crea también otra Sala de Juzgamiento, de 5 miembros. Los investigadores
serán elegidos por la Corte Constitucional, de ternas que entregará el
Presidente. Los juzgadores serán designados por la Corte Suprema mediante
convocatoria pública. 4. La actual Sala de Casación Penal conocerá casos pero
sólo aquellos que lleguen a segunda instancia.
C.O.T.- Todos los
puntos son de gravísimas consecuencias pero en cuanto al segundo ¿un
congresista al que el juez considere un “peligro para la sociedad” no podrá ser
detenido mientras que el resto de los colombianos en igualdad de circunstancias
sí podría sufrir arresto?
A.N.G.- Así es. Se crea un privilegio en razón a la
investidura de congresista. El silencio de la reforma sobre qué pasa en el
período que transcurre entre la vinculación mediante indagatoria y la decisión
de primer grado, hace pensar que los investigados podrían continuar no solo
gozando de libertad sino participando en las votaciones del Congreso.
C.O.T.- Tener una
sala extra en la Suprema, nombrada de ternas hechas por el Presidente de la
República ¿elimina, a su juicio, la imparcialidad, independencia y autonomía de
los nuevos jueces frente a los políticos por su origen también político?
A.N.G.- El diseño que propone la reforma es
absolutamente inadecuado pues los miembros de la Sala de Investigación y
Calificación tendrán origen político. Uno podría suponer que en este caso el
Presidente debería actuar inspirado en la majestad de su investidura como Jefe
de Estado y no como vocero de una coalición mayoritaria. Sin embargo, las
realidades políticas indican otra cosa. No es descabellado suponer que habrá
una enorme presión de las bancadas de su coalición para apoderarse de esa Sala
como ocurrió con la Disciplinaria del Consejo de la Judicatura.
C.O.T.- La Sala
Penal de la Corte solo conocerá algunos procesos en segunda instancia ¿Esto
beneficia a los congresistas y castiga a los magistrados que condenaron por
diversos delitos a tantos políticos?
A.N.G.- Lo que genera reservas es que se suprime la
función investigativa de la Corte. Quien tenga nociones elementales de Derecho
penal sabe que la clave de la lucha contra el crimen organizado y la impunidad
se encuentra en la fase de investigación, donde se recaudan las pruebas. ¿Con
qué argumento se le quitan esas funciones a la Corte si en este campo ha
adelantado una labor admirable? La ponencia radicada en la Comisión Primera del
Senado no dice una palabra sobre las razones que justifiquen este cambio.
Tienen razón quienes afirman que esta reforma es una reacción contra la labor
purificadora de la Corte.
C.O.T.- Procesos
en curso sobre parapolítica y otros ¿se frenarán, demorarán, prescribirán o
podrían quedar en la impunidad con la modificación constitucional propuesta?
A.N.G.- El Ejecutivo y los ponentes han señalado
que no existe este riesgo pues se incluyó un parágrafo según el cual las nuevas
reglas no se aplicarán a las investigaciones en curso. Sin embargo, surge la
duda sobre cómo van a operar los cambios cuando la Constitución establece que
en materia penal la ley favorable, aunque sea posterior, se debe aplicar en
forma preferente. Si se persiste en esta reforma, debería convenirse que los
cambios operaran a partir del 2014 o 2018 para no interferir la acción actual
de la Corte. Hacerlo antes, genera un enorme riesgo de impunidad a favor de los
responsables de graves delitos.
C.O.T.- ¿Cuáles
otros cambios constitucionales propuestos en la reforma a la justicia buscan
blindar judicialmente a los congresistas?
A.N.G.- El del régimen disciplinario. La reforma
plantea que dentro de los tres meses siguientes a su aprobación, el gobierno
debe presentar al Congreso un proyecto de ley que establezca un nuevo régimen
disciplinario. Según la ponencia radicada el jueves pasado, se suprime la
facultad del procurador de sancionar a los senadores y representantes, sin
precisar a qué autoridad se le traslada esa función. Es decir, los congresistas
ya no serán sancionados con base en el Código Disciplinario Único, sino con
unas nuevas reglas que ellos mismos fijarán.
C.O.T.- ¿Cree que
el proyecto de fortalecimiento del fuero militar tiene en el fondo los mismos
objetivos que esta reforma a la justicia, es decir, blindar a los militares de
jueces independientes?
A.N.G.- En la ponencia radicada esta semana sobre
la justicia se retiró el tema del fuero militar que por la vía de una
presunción pretendía proteger a los militares aún en los delitos que no
tuvieran relación con el servicio. En el proyecto presentado por el gobierno se
crea una comisión mixta con representantes de la justicia ordinaria y la penal
para que decida a qué jurisdicción corresponde adelantar la investigación pero
no dice qué sucederá si allí no hay acuerdo sobre el tribunal al que deben
remitirse la investigación. También se crea la justicia penal policial. Cada
cual quiere sacar beneficio en esta caja de Pandora que abrió el gobierno en su
afán de restarle poderes a la justicia y de restablecer un supuesto nuevo
equilibrio que le permita “poner en orden” a los jueces.
“El
fortalecimiento del fuero (militar) traerá impunidad”
Germán Navas Talero,
representante a la Cámara por el Polo Democrático y único miembro de la
Comisión Primera que – entre 35 – votó negativamente el proyecto de
reforzamiento del fuero militar, asegura que “el Congreso de Colombia no es más
que la notaría donde se autentica la voluntad del Presidente”. Dice que como el
mandatario desea la ampliación del fuero, éste será aprobado con graves
consecuencias para la independencia de la justicia. Habla de “revancha” de los
políticos contra los jueces.
Cecilia Orozco
Tascón.- Usted ha dicho que las reformas a la justicia y al fuero militar
constituyen una retaliación contra los jueces por los procesos contra
congresistas y militares ¿Por qué?
Representante Germán Navas Talero.-
Desde un comienzo he sostenido que estas dos reformas son una revancha del
Ejecutivo y el Legislativo contra la rama judicial, y no retiro lo dicho a
pesar de las críticas que he recibido. En cuanto a los congresistas, la
justicia los puso en calzas prietas cuando se comenzó a investigar la
parapolítica y cuando hubo pérdidas de investidura. Los militares que
delinquieron también soportaron el peso de la ley. En concreto, el caso del
coronel Plazas dio lugar a iniciar el movimiento de revitalización del fuero
penal militar ¿Cree usted que ese par de reformas simultáneas, que terminan
beneficiando al sector de los investigados en uno y otro caso, es casual?
C.O.T.- En el
proyecto sobre fortalecimiento del fuero militar que presentó el gobierno, se
aprobó hace unos días en la Comisión Primera de la Cámara, con el único voto
negativo suyo, la creación de un “tribunal de garantías” que revisará las
decisiones del fiscal que investiga al militar en cuestión ¿Qué opina sobre el
establecimiento de ese tribunal?
G.N.T.- Que es innecesario porque para examinar la
legalidad de las actuaciones de los operadores judiciales, ya existen los
jueces de garantías. Pero además ¿cómo es eso de que se establecerá un tribunal
compuesto parcialmente por militares - aunque éstos sean retirados -, que
“controlará al fiscal para ver si hay mérito para acusar o no” al miembro de la
Fuerza Pública que esté siendo procesado, como lo aseguró el doctor Manuel José
Cepeda, presidente de la comisión creada por el gobierno que elaboró la
propuesta de fortalecimiento del fuero? A mí, esa afirmación me genera
sospecha. Una cosa es que se garantice el debido proceso. Otra, que los
fiscales que investigan a los militares tengan un censor encima de ellos para
señalarles si pueden o no formular la acusación.
C.O.T.- Sus
compañeros de la Comisión Primera también aprobaron la creación de una
“comisión mixta” con el fin de determinar la competencia de cada caso, entre la
justicia penal militar y la justicia ordinaria ¿Está de acuerdo con este nuevo
órgano judicial?
G.N.T.- También es innecesario: esa tarea la
ejecuta la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura. Además, es
un híbrido que crearon para dar la imagen de que un ente imparcial definirá si
la justicia penal militar o la civil conocen el caso. Lo cierto es que en el
proyecto se establece que cuando un militar comete un delito, automáticamente
lo conoce la justicia penal militar. Y, después, ella decidirá si le traslada
el proceso a la civil o no. Usted sabe, y la historia lo enseña, que el primero
en llegar al lugar de los hechos, puede deformar las pruebas. Recuerde el caso
de la muerte del niño grafitero, aquí en Bogotá, cuando le pusieron al muerto
un arma que nunca conoció.
C.O.T.- Ese
tribunal estaría parcialmente compuesto por militares retirados, como usted lo
dice ¿Esa presencia elimina la independencia de la Comisión Mixta?
G.N.T.- Insisto: dicha comisión es un ente para dar
la apariencia de neutralidad pero como se pretende dejar establecido el
conocimiento automático inicial de la justicia penal militar en todos los
casos, la decisión posterior de la competencia pierde importancia porque quien
primero llega al lugar de los hechos, puede hacer que la investigación no
prospere o puede encausarla. Actualmente llegan al lugar de los hechos, en
primer lugar, los agentes del CTI de la Fiscalía sin vinculación alguna con las
Fuerzas Militares, lo que garantiza autonomía e independencia en esas diligencias
iniciales. Esto es lo que pretenden cambiar.
C.O.T.- Bueno,
pero suponer eso que usted dice es pensar que los militares quieren que los
favorezcan, no que haya justicia imparcial con ellos, como han dicho…
G.N.T.- Mire, el fortalecimiento del fuero que se
propone, significa, en últimas, que los uniformados no se sienten cómodos con
los jueces civiles ¿Qué ha cambiado para que se vea la necesidad de reforzar el
fuero ahora? Lo único diferente es que la justicia civil comenzó a sancionar
efectivamente a quienes habían incurrido en conductas delictivas, como lo haría
con los civiles que hubieran hecho lo mismo. Pero no les gustó la igualdad ante
la ley. Por eso quieren restituir los privilegios del pasado.
C.O.T.- En
conclusión para usted ¿con el proyecto de fortalecimiento del fuero militar se
pretende el restablecimiento de los juicios favorables a los uniformados?
G.N.T.- Está demostrado que el espíritu de cuerpo y
la disciplina militar crea una mentalidad según la cual se considera que todo
lo que se haga en la lucha contra la subversión es valido. Que hay que
conseguir el fin sin que importe el medio. Por supuesto, el fortalecimiento del
fuero traerá impunidad.
C.O.T.- Los
militares y los sectores cercanos a ellos argumentan que en todos los países se
protege a quienes se juegan la vida en defensa de la nación.
G.N.T.- Le puedo decir que el supuesto
fortalecimiento del fuero en todos los países, no es cierto. Por el contrario,
hay una tendencia creciente a disminuir o eliminar el fuero militar bajo el
entendido de que todos somos iguales ante la ley. Y en otras naciones donde se
conserva, solo es válido para guerras internacionales. Por lo demás, quienes
nos oponemos a este proyecto solo estamos pidiendo que se respete la palabra
empeñada por el Estado cuando firmó varios convenios trasnacionales de derechos
y que ciertos delitos continúen siendo excluidos del conocimiento de la
justicia penal militar.
C.O.T.- Entre lo
aprobado en la discusión inicial de la Comisión Primera de la Cámara quedó
establecida la obligatoriedad de conformar una ley estatutaria para regular el
juzgamiento de la fuerza pública ¿Se necesita una normatividad especial con ese
fin?
G.N.T.- Se dijo que se quería compaginar, en esa
materia, la legislación interna con el Derecho Internacional Humanitario. Pero
lo que en realidad se está evidenciando en las discusiones en el Congreso es
que se abrió un enorme boquete para que los mismos que aprueben esta reforma de
fortalecimiento del fuero, sean los que estructuren la ley estatutaria que terminará
sumando delitos para su competencia, que hoy están excluidos del conocimiento
de la justicia penal militar. Por ahora no se atreven a decir cuáles son pero
ya veremos.
C.O.T.- ¿Cree
usted que quedó abierta la posibilidad de que se defina la competencia de la
justicia militar sobre crímenes de lesa humanidad, genocidio y otros de ese
tamaño?
G.N.T.- Así es. La posibilidad quedó abierta y la
intención se notó en la discusión en la Comisión, así ahora digan que no. La
mayoría puede aprobar lo que quiera.
C.O.T.- La
propuesta inicial del gobierno señalaba que no deberían ser de jurisdicción de
la justicia penal militar las investigaciones por delitos como desaparición
forzada, tortura, ejecución extrajudicial, desplazamiento, etc. Sin embargo, la
Comisión Primera de la Cámara aprobó dejarle esos temas a la ley estatutaria.
¿A esto se refiere?
G.N.T.- Sí. Ellos dejaron abierta la posibilidad de
aprobar lo que deseen porque tienen las mayorías suficientes. En la votación en
la Comisión Primera de Cámara, a la que pertenezco, fueron 34 votos contra 1,
el mío. Y en la plenaria, las condiciones son todavía más aplastantes. Quienes
nos opondríamos seríamos 5 o 6 máximo. Los 159 restantes, aprobarán lo que
ordene el gobierno.
C.O.T.- ¿Usted
cree que debe existir fuero militar en Colombia o no?
G.N.T.- Sí, pero respetando los convenios que ha
suscrito el Estado, y a los jueces civiles nacionales. Hay delitos que son
estrictamente de competencia de la justicia penal militar como los propios del
servicio. Pero más allá de estos, no es aceptable en una democracia la
ampliación del fuero de sus hombres armados.
C.O.T.- De uno de
los artículos aprobados en el proyecto de reforma del fuero, se desprende la
creación de un fondo que destinará dineros oficiales para la defensa de los
miembros de la fuerza pública involucrados en líos penales ¿Es sana esa
actividad en manos del Estado?
G.N.T.- ahí esta la Defensoría del Pueblo que se
creó para garantizar los derechos de todos. Si es incapaz, deben
reestructurarla con personal capacitado pero, de nuevo, no se requiere otro
ente.
C.O.T.- Otra
propuesta aceptada es aquella que obliga a que los militares detenidos o
condenados permanezcan en centros de reclusión exclusivos ¿Es conveniente?
G.N.T.- ¿Ya se les olvidó Tolemaida Resort? Durante
la discusión en la Comisión pedí que me dijeran qué había pasado con la
investigación sobre ese escandaloso centro de reclusión cuyos presos se la
pasaban bailando en discotecas. No obtuve respuestas. Imagine usted si un
coronel llega como procesado a una prisión resguardada por un soldado ¿No habrá
temor jerárquico y no terminará aceptando el soldado subalterno lo que su
coronel le pida? La verticalidad del mandato se impone. Más lógica es la
propuesta de la Corte Constitucional que pide que se hagan pabellones
especiales dentro de las cárceles existentes.
C.O.T.- ¿Cree que
estamos ante una especie de dictadura de las ramas legislativa y ejecutiva que
someterá a la rama judicial?
G.N.T.- El Ejecutivo se vale del Legislativo para
imponer su superioridad sobre la justicia ordinaria. El Congreso de Colombia no
es más que la notaría donde se autentica la voluntad del Presidente.
C.O.T.- ¿No es muy
desalentador ir en contravía de las mayorías en el Congreso para no obtener
ningún resultado?
G.N.T.- De cualquier manera no me voy a callar, ni
lo haré nunca. Solo la historia dirá si me equivoqué o no.
La supremacía del
Ejecutivo y el Legislativo sobre la Rama Judicial.
La avalancha de noticias que se presenta en el país
no ha permitido que medios y círculos académicos analicen en contexto las dos
profundas modificaciones a la Constitución que se tramitan en el Congreso:
reforma a la justicia y fortalecimiento del fuero militar. Ambas, cuando sean
aprobadas, tendrán gruesas consecuencias en la actividad los jueces. La
primera, más que un cambio en el funcionamiento de la rama judicial, pretende
resguardar de sanciones penales, disciplinarias y administrativas a los
congresistas, tal como lo sostiene el constitucionalista Armando Novoa. Para
hacerlo, se crearán salas de investigación y juzgamiento diferentes a la Penal
de la Corte Suprema que ha adelantado los exitosos procesos de la parapolítica
contra parlamentarios. La segunda, busca blindar a los uniformados de
investigaciones ante la justicia civil. Las causas para que las dos propuestas
se concretaran con el impulso de la Casa de Nariño y con la voluntad política
de los partidos de gobierno, no fueron otras que las decisiones de la Corte
Suprema, de un lado; y el juzgamiento a militares de alto rango, como el
general Uscátegui o el coronel Plazas Vega, del otro. La supremacía de dos de
las tres ramas políticas del poder, la del Ejecutivo y la del Legislativo sobre
la judicial, es cada vez más evidente.
“El Congreso es la
notaría del presidente Santos”
Germán Navas Talero,
representante a la Cámara por el Polo Democrático y único miembro de la
Comisión Primera que – entre 35 – votó negativamente el proyecto del gobierno
de reforzamiento del fuero militar, asegura que “el Congreso de Colombia no es
más que la notaría donde se autentica la voluntad del Presidente”. Dice que
como el mandatario desea la ampliación del fuero, éste será aprobado pese a la
inconveniencia de hacerlo, si se tienen en cuenta los tratados internacionales
que ha firmado la Nación. En entrevista complementaria con la de Armando Novoa
que trata sobre reforma a la justicia, el representante Navas habla de la
“revancha” contra los jueces. Se refiere a las dos reformas a la Constitución
que se tramitan aceleradamente, en estas semanas, tanto en Senado como en
Cámara y sostiene que la simultaneidad de esas modificaciones constitucionales
no es casual. “Los fiscales que investigan a los militares van a tener un
censor encima de ellos para señalarles si pueden o no formular la acusación” es
una de sus explosivas frases.
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